Por: Alejandro De Luca
A la hora de leer hay un océano de libros para elegir. Novelas, cuentos, ensayos, divulgación y muchos otros. Hoy les quiero hablar de una gran categoría dentro de las librerías que nunca pasa desapercibida: las biografías.
El valor en conocimiento e inspiración al sumergirse y explorar la vida de una persona, especialmente si hizo algo importante, es inconmensurable. Por eso, elaboré una lista de 7 motivos para leer biografías.
1. Son fuente de inspiración
Cuando estamos perdidos sin un rumbo claro. Cuando vemos que el mundo que nos rodea se cae a pedazos. Que los valores que alguna vez nos enseñaron parecen ser violados por todo el mundo menos por nosotros. Cuando creemos que todo está perdido y que no hay forma de cambiar el destino. Ese es un buen momento para leer la biografía de alguien grande.
Nelson Mandela, por ejemplo, estuvo preso injustamente durante 27 años. Nadie debe haber experimentado un panorama tan devastador como el líder sudafricano. Sin embargo, resistió y al salir de prisión se convirtió nada menos que en el Presidente de Sudáfrica. Y no sólo eso, propició una política de reconciliación entre sus compatriotas, luego de los años del Apartheid y a pesar de haber sufrido una injusta encarcelación por tantos años.
2. Ayudan a perderle el miedo al fracaso
Explorar la vida de personas exitosas revela que no lo fueron siempre. De hecho, perdieron mucho más de lo que ganaron. Lo que lo hizo distintos fue que no se rindieron y a pesar de los errores y los fracasos, siguieron intentando. Entendieron que las derrotas en la vida son una parte importante que sirve para aprender.
“He fallado una y otra vez en mi vida, por eso he conseguido el éxito” dijo una vez el ex basquetbolista Michael Jordan. Sin dudas esa frase resume este punto.
3. Enseñan sobre un tema en particular
Si leemos la biografía de René Favaloro, será difícil en el camino no aprender algo de medicina. Si leemos la de Juan Manuel Fangio, seguramente aprendamos algo sobre automovilismo y mecánica. Las memorias de Charles Chaplin nos pueden enseñar aspectos vinculados al cine, especialmente del de principios de siglo XX.
Seguramente no se explicará nada con detalles técnicos, pero sí tendremos una idea general de lo que se habla.
4. Enseñan historia
Una biografía es la historia de alguien. Y toda historia tiene un contexto histórico, político y social. La biografía de Fiódor Dostoyevski nos puede contar la vida en la Rusia de los zares del siglo XIX, por ejemplo. La de Leonardo Da Vinci nos enseñará sobre el Renacimiento.
Y con personajes que marcaron la historia, en realidad, al leer la biografía, estamos aprendiendo historia directamente. Este puede ser el caso de los próceres como José de San Martín o Manuel Belgrano. O también grandes figuras como Alejandro Magno,Carlomagno o Napoleón Bonaparte.
5. Aprender que nunca es tarde para hacer algo grande
José de San Martín llegó a Buenos Aires en 1812 teniendo 34 años. Entonces traía el rango de coronel del ejército español, bastante experiencia militar y algunos éxitos destacables. Sin embargo, aún no había cambiado el mundo. El destino estaba todavía en sus manos.
El general Ulysses Grant, Jefe del Ejército de la Unión durante la Guerra Civil estadounidense, fue hasta casi sus 40 años un gran fracaso. Sin embargo, luego se convirtió en un héroe para terminar una cruenta guerra entre hermanos y tiempo después llegó a ser presidente de Estados Unidos.
Piensen cuántos de ustedes están preocupados porque están en sus veintes y aún no han encontrado rumbo. Bueno, muchas personas estuvieron realmente mal y así y todo lograron hacer hazañas increíbles.
6. Mejoran el nivel de cultural general
Como todo libro, leyendo un poco sobre este tema y otro poco sobre aquel otro, se empieza a tejer una red que con el tiempo se hace inmensa. Esa red es la cultura general que llevamos dentro y nos permite apreciar mejor la ciencia y las artes.
Las biografías aportan muchísimo en este aspecto. Una persona se relaciona con todo y especialmente con otras personas. Esto hace que al leer la biografía de alguien, conozcamos que se relacionaba con otra persona fascinante, de quien también nos gustaría conocer su vida.
7. Prueban que la educación formal no tiene todas las respuestas
Albert Einstein estudió en la Eidgenossische Technische Hochschule, una universidad pública de la ciudad de Zurich. Sin embargo, su más grande descubrimiento, la Teoría de la Relatividad, no la hizo allí investigando sino en sus ratos libres mientras trabajaba en la Oficina de Patentes de Berna, en Suiza. Los académicos tardaron tiempo en darle crédito por sus investigaciones hasta que finalmente no les quedó otra que aceptarlas.
Uno de los innovadores que tras su muerte está en boga en todas partes es Steve Jobs. Jobs fue a la universidad pero no le fue nada bien. Incluso se salía de las clases porque no le interesaban. Sin embargo eso no le impidió levantar una empresa como Apple y convertirse en un gurú de la tecnología.
Hay muchos casos como estos. Es cuestión de entender que no todo pasa por la universidad. Se puede tener éxito y ser feliz sin pasar por allí. Y también se puede tener un título en la mano pero estar terriblemente desdichado y frustrado.
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